martes, 11 de enero de 2011

Mantuve el silencio mientras iba con él Me condujo por los espaciosos pasillos del colegio y subimos unas escaleras, intenté no mirarlo, para que no pensase que era otra más que chillaba por los pasillos al verle. Aunque me fue muy difícil reprimir un grito. Cuando llegamos a la puerta me dijo:
-Bien, ¿te has quedado con cómo llegar?
-ah…sinceramente…no.
Se rió.
Cuando entré en la clase todo el mundo me miró , no sé si por el echo de ir acompañada de la persona más guapa de todo el planeta o por el de ser la “chica nueva” Todo el mundo se levantó para conocerme…ah, no, se levantaron para saludar a Justin.
Ya me extrañaba a mí. Me eché a un lado para evitar que me empujasen. Me quedé de pie por que no sabía si había un asiento libre y, eh, no quería molestar.
-Siempre pasa igual.-Me dijo la voz de una chica.
Ella era alta, con el pelo largo y rubio y ojos azules, era blanca, como la nieve de aquella ciudad. Y vestía un abrigo negro y pantalones lilas, con unas converses negras.
-ah… ¿Perdona?
-¿No me entiendes? –me miró con preocupación.
-Sí, sí, por supuesto, solo es que…
-Soy Hope.-Me dijo dándome la mano.
-Yo soy Paula.
-No te preocupes, yo ya me he acostumbrado, pero estas chicas sueñan con casarse en otra vida con Justin.
-¿Con Justin?... ah, vale, no, no me preocupaba.
-¿Tu también lo sueñas?
-No.-negué con la cabeza y mentí al mismo tiempo. Yo me iba a casar con Justin Bieber, solo que él no lo sabía.
-Bueno, yo soy amiga de Justin desde siempre, y sé que a veces le presionan un poco pero… se acostumbró hace ya tiempo.
-Es bueno saberlo.
-¿Quieres que te presente al grupo?
-Estaría bien.
Me condujo hacia el fondo de la clase, donde había dos chicas más sentadas. He hice las presentaciones, ellas eran: Kira, y Monnica. También supe que los otros tres que acompañaban a Justin antes formaban, al igual que ellas, parte del grupo, ellos eran: Chad, Nick y Clark.
Clark tenía el pelo negro y sus ojos eran marrones y su pelo era negro.
Nick era muy alto era rubio y tenía el pelo de punta, sus ojos eran azules, no cabía la menor duda de que era bastante guapo, por el contrario Chad, era bajito, tenía el pelo marrón y los ojos verdes.
El resto de la mañana transcurrió normal, yo intentaba coger mis propios apuntes, pero era mi primer día, estaba muy perdida. Me conformaba con escuchar lo que decía la gente de a mi alrededor.
Hope se prestó a dejarme luego los apuntes, ya que no podía copiar ni la mitad de la frase. Cuando llegó la hora del recreo las chicas me condujeron hacia un lateral del cuadrado patio. En aquel rincón había un Hueco. Las chicas lo llamaban la cueva, por que allí no iba nadie, la mayoría de la gente se iba al centro del patio y allí estaban tranquilos por que nadie venía a molestar a Justin.
Kira fue a abrazar a Nick y le besó, pude suponer que estaban juntos. Entonces Monnica empezó a hablar:
-Bueno ¿entonces vamos este fin de semana, no?
-Sí, eso sería estupendo-dijo Clark.
-Yo en mi coche llevo a Nick y a Chad.-Dijo Kira.
-Pues en el mío yo llevo a Hope y a Clark.-Repuso Monnica.
-Esperad, ¿Ustedes venís?
-¿Eh?-Dije entonces yo.
-Sí, los padres de Monnica tienen una casa en las montañas, estará nevado y haremos guerras y muñecos de nieve, será muy divertido.-Dijo Hope efusiva.
-Nadie me ha invitado.
-Pues, seguro que os gustaría así que… si encontráis un coche donde venir, estáis invitados.
-Muchas gracias, pero no tenemos carnet de conducir, y mucho menos coche.-Dijo Pablo, que estaba a mi lado.
-Espera.-Dijo una voz que provenía del fondo.-Yo no llevo a nadie.
No pude evitar sonreír como una completa idiota.
-No, no podemos aceptarlo, no nos conocemos de nada.-Le dí un codazo a Pablo.
-Para eso vamos, o ¿es que esperas estar en el apartamento y comer embutido todo el fin de semana?
-eh…lo esperaba.
-Cambio de idea.-Le miré y arrugué mi frente.
Justin nos interrumpió en nuestra discusión.
-¿Queréis o no?
-Sí.-Dije yo.
-No.-Dijo Pablo.
Le dediqué una mirada de asesina en serie. Los chicos e incluso Justin se rieron de mi expresión. No pretendía dar risa. Quería asustar a Pablo.
-Bueno, no quiero que me decapiten este fin de semana. Agradecería que nos llevases Justin.
-Será un placer.-Dijo sonriéndome.
El resto del día fue normal, puedo decir que me sentí muy chula y todo eso cuando por fin copie una línea de lo que dijo el profesor de Lengua. Casi me pongo de pie en medio de la clase y empiezo a gritar: yeah, ou sí, ou sí.
Con suerte Justin me cogería de corista.
Monnica me dijo que hoy ya se iban para la montaña y que agradecía que el curso empezase un viernes, porque echaba de menos el estar de vacaciones y el no hacer nada durante el día y si se iba de excursión con sus amigos lo pasaría mucho mejor que escuchando las quejas de su madre sobre sus miles de pretendientes. Su madre estaba soltera y solo si era la mitad de guapa que Monnica podía imaginarme como se sentía.
Al acabar la clase esperé a Pablo mientras charlaba con Hope y Kira, alguien me empujó flojito por el lado, le iba a poner a Pablo una de mis miradas de: “vuelve a hacerlo y no vivirás para contarlo” pero… no era Pablo. Él sonrío y me dijo.
-¿Me esperáis aquí para salir a las cinco?
-ah…vale.
-genial, os veo.-No me gustó para nada ese OS veo. ¿por qué no podía haber venido yo sola?
Pablo me agarró de la mano en ese momento y me dijo:
-Listo, vámonos.
Me solté de su agarre y miré a las chicas, estaban cuchicheando.
-No es mi novio.-Me apresuré a decir.
-Eso es hipotético.-Dijo Pablo riéndose.
-No, no lo es. Nos vemos luego chicas.
Aguanté la charla de Pablo durante todo el camino ¿Cómo le pudo caer bien a Chad, Nick, Clark y a Justin? No lo entendía, no hacía más que hablar. Cuando llegamos a la residencia le dije que hoy cocinaba yo, él pareció contento y me dijo que tenía pensado. Tortilla, la tortilla estaba bien. Podía hacerla en la casita de la montaña así los demás probarían la comida española. A Pablo le gustó esa idea. Comimos a las dos y media y luego fuimos cada uno hacia su apartamento y nos duchamos y preparamos. Quería llegar puntual. Así que a las cinco menos cuarto ya estaba en la entrada del colegio esperando a Justin.
-Tendrías que quitar esa cara de embobada.
-Yo no tengo cara de embobada.
-Va a creer que le vas a saltar al cuello en cualquier momento, créeme.
-¿Te lo ha contado?
-No, pero lo espera.
Me disponía a seguir discutiendo cuando un coche paró justo en frente de nosotros. Justin salió de él y dejó abierta la puerta.
Pablo entró primero, yo esperaba que él entrase ahora, pero mantuvo abierta la puerta y con un movimiento de muñeca me invitó a pasar, luego, cerró la puerta tras de mi.
No sabía si tenía que agradecérselo o preocuparme, quizás solo fuese amable, quizás me dejaba al lado de mi “amigo”.
Saludé a la madre de Justin y luego cogí mi MP4. Iba a ser un viaje bastante largo y no quería escuchar la voz de Pablo otra vez.
No pude evitar que la canción de “baby” saltase y que Justin emitiese una leve risa.

cap2 comenta para 3 (:

Mira, Paula ¡es el nombre de nuestro colegio! Me pregunto si nos pondrán juntos… Sería genial al menos conocer a alguien en mi clase.
-OH, sí, genial.-Dije, casi corriendo hacia la puerta.
Entramos en secretaría y me acerqué a la mujer que había allí.
-Hola, ¿Cómo estáis? Debéis de ser de los de España, ¿no es cierto?-Dijo la señora con su jovial acento canadiense.
-Sí, lo somos-me apresuré a decir.
-Bien, pues, espero que lo entendáis todo, y que estudiéis mucho.-Nos dijo las amable señora.
-Muchas gracias-Contestamos Pablo y yo a la vez.
Cuando salimos de la secretaría le dije a Pablo:
-Vale, ahora tengo química.
Me miró desanimado.
-Yo mates…es una pena, bueno, me voy.
-¿Hacia dónde?
-… pues… no sé.
-Pregunta.
-Pregunta tú, sabes que a los hombres no nos gusta.
-ah.-Suspiré.
Por allí, aun paseaban los alumnos, que se dirigían hacia las clases, algunos se paraban en la fuente para beber agua y otros sacaban sus libros de las taquillas.
-Creo que…voy a beber agua, y ya de paso…pregunto ¿vale?
-te espero aquí.
Me dirigí hacia la fuente, donde se encontraban unos muchachos bromeando con el agua. Miré al suelo e intenté concentrarme en que dijese lo que dijese, tenía que hacerlo bien.
-Hola, soy Paula, vengo de Cádiz y me han dado este horario y…tengo química ha primera hora y…-miré a la cara a los chicos, en cuento lo hice me quedé boquiabierta. En los dos segundo que me mantuve así hubo tres risas nerviosas y una sonrisa simpática. Como prometí intenté no chillar y reprimir un: OHDIOSMÍO, ERES JUSTIN BIEBER.
que me limité a sonreír y le di el horario para que me indicase donde estaba la clase.
-vale, me dijo él. Tu clase está por…
-Tío, creo que debes acompañarla.-Dijo uno de sus amigos
-O llevarla a la enfermería, está como en estado de shock.-Dijo otro de ellos.
Cambié la expresión de mi cara y añadí:
-No, entiendo perfectamente lo que decís. No pasa nada. ¿Podéis también indicarle dónde está la clase de mates a mi amigo?
-Sí, claro.-Dijo el tercer amigo.
-Bueno, nos vemos luego.-Dijo él- Voy a llevarla a su clase.
-No hace falta.
-No es molestias, ¿sabes? Es que yo también voy ahora a esa clase.-Me sonrió.
-ah-eso fue lo más inteligente que pude decir en ese momento.
OH, dios, iba a compartir asiento con las estrella del pop juvenil

cap 1 :)

-¡Cielo, aquí está, ya ha llegado!-Dijo eufórica mi madre
-OH, dios mío ¿Qué dice?
-No sé, aun no la he abierto.
Cogí aquel sobre que me diría si había aprobado, si obtenía la beca que tanto deseaba… o no
-No, no puedo abrirlo-dije con voz temblorosa-
-No seas tonta Paula-dijo mi madre dándome un pequeño codazo.
Abrí el sobre despacio, no leí nada de las recomendaciones para la beca ni nada por el estilo, simplemente buscaba el: ACEPTADA o el APROBADA.
Justo al empezar el verano me dispuse ha hacer un examen en una academia de inglés haber si al comenzar el curso podía hacerlo en un lugar diferente…de una manera diferente, si aprobaba…me iría a Londres, deseaba ir a ese lugar. Me el lugar y por supuesto, el idioma. Busqué por la carta el signo de admisión y adivinad qué. ESTABA APROBADA.
Me puse a dar saltos como una loca por todo mi salón, gritando como una loca.
-Sí, sí, sí, me voy a hablar en ingles, me voy a conocer otra escuela-dije con un ritmo musical en mi tono de voz, me paré y miré más fijamente el papel.-Me voy a… ¡¿CANADÁ?!-me paré en seco.-Mamá, esto no debe de estar bien, llama a los de la beca.
Mi madre giró la cabeza y me miró dubitativa.
-No creo que sea necesario, cielo, si tienes la beca creo que no hace falta que…
-Mamá, me he presentado para irme a Londres, no a Canadá, allí no hay nada importante que visitar.
-Vas a estudiar, no a visitar nada.
-Lo sé, mamá, pero los fines de semana tendré tiempo y he sacado un 9.2 en el examen, la nota mínima era un nueve, lo he pasado, mamá, no entiendo por que me hacen esto.
Mi madre suspiró y cogió el teléfono, después de un largo rato de charla y de escuchar tantos: “ajá, de acuerdo y me parece bien” mi madre colgó el teléfono y me miró desilusionada.
-No tengo la beca-intenté adivinar.-Claro, me han mandado una beca equivocada, por eso me envían a Canadá, que tonta he sido, con la ilusión que me hacía…
Mi madre se sentó a mi lado y me acarició la cabeza con dulzura.
-La beca es tuya, Paula.
La miré y mi frente se pobló de arrugas.
-¿Entonces?
-Hay cinco niños que han aprobado el examen para la beca, dos niños han sacado un 10 y otro un 9.7 y eso son los que van a Londres, sin embargo, no han querido desaprovechar tu potencial y el de otro muchacho que también ha sacado un 9.2.-Mi madre sonrió- Por eso no vas a Londres, pero vas a hacer el mismo curso en Canadá. Si quieres, claro.
-Pero yo quiero ir a Londres…-Me deshinché como un globo.
-Y yo ser millonaria, pero me conformo con tenerte a ti como mi hija.
Me reí de lo que dijo.
-Vas a hacer el mismo curso, pero en un lugar diferente, haz las maletas y despídete de tus amigos. Te vas a Canadá en dos días.
Hice lo que me dijo mi madre, me despedí de todos y prometí que los escribiría todos los días, sabía que echaría de menos a Ana, por todas las locuras que hicimos desde que la conocí, a Inma, por que era alguien especial en mi vida, a las gemelas, por que siempre daban un toque de felicidad a los momentos más amargos, a Marta, porque, aunque hacía poco que la conocía sabía como tratarme. Y a mi mejor amigo…los echaría mucho de menos, pero sabía que allí estaría bien y que volvería a verlos el año que viene.
Llegaba tarde para mi vuelo (como era normal, las gemelas llegaron a ponerme el mote de: caracol, por que siempre me pasaba igual) Corrí todo lo que pude y cuando llegué al pasillo que hace que te metas en el avión me dí cuenta de que había perdido a mi familia por el camino, ah, no, venían asfixiándose tras de mí.
-Bien, Paula-Dijo mi padre tragando aire- Te echaremos de menos, llámanos, sé amable, llámanos y vuelve a llamarnos, y como suspendas…
Mi madre le dio un codazo a mi padre y se agachó un poco para abrazarme.
-Te echaremos de menos, anda, corre, vas a perder el avión.
Me despedí de todos y entré corriendo (aunque ya no tenía por qué)
Al pisar la moqueta del avión dí un suspiro y me dije para mí: Adiós Cádiz, Hola Canadá